martes, 28 de febrero de 2017

¡Resurge el modelo narrativo en historia?
(Adaptación propia sobre Taylor, L: "El resurgimiento de lanarrativa).

“Este ensayo intenta trazar los cambios observados de una manera histórica, no hacer juicios de valor respecto a qué modos de discurso histórico son más satisfactorios que otros… No se está instando a nadie a que se deshaga de su calculadora y cuente un relato”[1]. “Lo único que se intenta es indicar un cambio manifiesto…”, por que “el triunfo de un género  o escuela conduce a la larga a un sectarismo estrecho, o un narcisismo o autoadulación que se traduce en un desprecio y una actitud tiránica hacia los que pertenecen al campo”, siendo que “la historia siempre ha tenido muchas moradas, y deberá continuar teniéndolas a fin de florecer en un futuro”[2]

Los historiadores desde los griegos hasta los clásicos del XIX han contado relatos, si la composición narrativa era expresada en “prosa elegante y vívida” era lo ideal, se llegó incluso a juzgar a la historia como rama de la retórica. Sin embargo durante los últimos 50 años, es decir desde la década de los 40´, esta función se ha visto desprestigiada, especialmente por los seguidores de la “nueva historia”, especialmente en Francia en donde a ese tipo de relatos se les llamó “l´historie evenementielle”, sin embargo en la actualidad hay corrientes que parecen absorber a algunos de estos “nuevos historiadores” en una cierta forma de narrativa.
Primero: ¿qué entiende Taylor por narrativa?. “La narrativa se entiende como la organización de cierto material (hechos, acontecimientos históricos) según una secuencia ordenada cronológicamente, y como la disposición del contenido dentro de un relato único y coherente, si bien cabe la posibilidad de encontrar vertientes secundarias dentro de la trama”
Segundo: ¿cuáles son las diferencias entre la historia narrativa y la historia estructural?
a). Su ordenación es descriptiva, la historia estructural es analítica.
b). Concede prioridad al hombre por sobre sus circunstancias (por lo tanto se centra en lo particular y lo específico y no el lo colectivo y estadístico como la historia analítica).

LA NARRATIVA ES UN MODO DE ESCRITURA HISTORIA, PERO ES UN MODO QUE AFECTA TAMBIÉN Y ES AFECTADO POR EL CONTENIDO Y EL MÉTODO.

¿Cómo muchos historiadores han abandonado el ideal de una tradición narrativa (de 2 mil años)?
Se planteó, “no sin cierta justicia” que el abocarse de una manera cronológica al qué y al cómo no permitía mucho avanzara hacia el porqué. Por otra parte, en esa época, tanto los historiadores marxistas como los influenciados por la metodología de la ciencia social estaban más interesados en las sociedades, no en los individuos y confiaban en llevara a cabo una “historia científica” que “produjera leyes generalizadas para explicara las transformaciones históricas”.
Pero que entiende aquí Taylor por historia científica, la distingue de la primera “historia científica” formulada por Ranke en  el XIX, con énfasis en las nuevas fuentes. Se dio entonces una crítica textual (heurística) de los registros no revelados hasta ese momento, establecería de una vez por todas “los hechos de la historia política”
Como respuesta a esta primera “historia científica” se dieron tres tendencias de historia científica dentro de la profesión, los cuales no se basan en nuevos datos, sino en nuevos modelos o nuevos métodos, se trata de:
a)      Modelo económico marxista
b)     Modelo ecológico-demográfico francés, y
c)      Modelo Cliométrico norteamericano.
Según el antiguo modelo marxista la historia  sigue su progresión dialéctica de tesis antítesis, a través de un conflicto de clases, las cuales se crean por los cambios en el control de los medios de producción. En los años treinta terminó en un determinismo económico social, bastante simplista, esta noción de historia científica fue defendida con vehemencia hasta finales de los 50´. Los ahora “neomarxistas” parecen haber abandonado los dogmas básicos tradicionales, puesto que se ocupan ahora del Estado, la política, la religión y la ideología, al igual que sus colegas no marxistas.
El segundo modelo está dado por la Escuela de los Annales,  en cuya vocería  puede ser sindicado el profesor Emmanuel Le Roy Ladurie. Según esta escuela la variable fundamental en la historia son los cambios en el equilibrio ecológico entre suministro de alimentos y de población, un equilibrio que deberá determinarse mediante análisis cuantitativos a largo plazo sobre la productividad agrícola, cambios demográficos y de los índices de precios. Le Roy Ladurie dijo “la historia que no es cuantificable no puede ser científica”
Otro modelo, con su propio significado de “historia científica” es básicamente norteamericano y se basa en la afirmación expresada por los “cliometristas”  de que sólo su metodología cuantitativa puede aspirar a ser científica. Los cliometristas se diferencian más por una metodología específica que por algún tema o tipo de interpretación específico. Son historiadores que aplican modelos paradigmáticos y formulas matemáticas y algebraicas agrandes cantidades de datos procesados de manera computacional.
Existen por supuesto otras explicaciones “científicas” sobre las transformaciones históricas, las cuales han tenido mayor o menor éxito, entre ellas el estructuralismo francés, el cual Taylor define como una filosofía moral con ejemplos tomados de la historia, cuyo más brillante exponente es M. Foucault. El funcionalismo parsoniano (Malinowski). Ambas han proporcionado valiosas aportaciones, pero ninguna se acercado a una explicación científica global acerca de las transformaciones históricas.
Estos tres grupos florecieron respectivamente de los 30´ a los 50´, de los 50´a mediados de los 60´y de los 60´a comienzos de los 70´. Todos ellos confiaban en encontrar la solución a los principales problemas históricos, estas soluciones serían irrebatibles en cuanto a cuestiones que hoy aún son desconcertantes. Los dos primeros grupos creían que las condiciones materiales tales como equilibrio entre suministro de alimentos y población y  medios de producción y conflicto de clases eran las fuerzas directrices de la historia[3].
Muchos de ellos, no todos, consideraban como epifenómenos los acontecimientos intelectuales, culturales, religiosos, psicológicos, jurídicos e incluso políticos. Debido a este determinismo económico o demográfico fue que se privilegiase el procedimiento analítico más bien que el narrativo de los datos.
Los historiadores franceses, que se encontraban a la cabeza de esta empresa desarrollaron una clasificación jerárquica estándar por orden de importancia, en primer lugar los hechos económicos y demográficos; luego la estructura social y finalmente los acontecimientos intelectuales religiosos, culturales y políticos. Estos tres renglones fueron concebidos como los pisos de una casa en donde cada uno descansaba en el de abajo, pero en donde el superior no podía ejercer ningún efecto en el inferior. Resulto ser que sólo el primer renglón fuese importante, que dio una apariencia de inmovilidad por ejemplo a la historia de Europa entre los siglos XIV y XVIII (“l´historie immobile”), no considerando así acontecimientos que se daban en otros renglones: el Renacimiento, la Reforma, la Ilustración, el surgimiento del estado moderno, los cuales simplemente desaparecieron.



[1] Taylor, L: “El resurgimiento de la narrativa”, pág. 97.
[2] Ibídem, pág. 96.
[3] Ibídem, pág. 100.

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