¡Resurge el modelo narrativo en historia?
(Adaptación propia sobre Taylor, L: "El resurgimiento de lanarrativa).
“Este ensayo
intenta trazar los cambios observados de una manera histórica, no hacer juicios
de valor respecto a qué modos de discurso histórico son más satisfactorios que
otros… No se está instando a nadie a que se deshaga de su calculadora y cuente
un relato”[1].
“Lo único que se intenta es indicar un cambio manifiesto…”, por que “el triunfo
de un género o escuela conduce a la
larga a un sectarismo estrecho, o un narcisismo o autoadulación que se traduce
en un desprecio y una actitud tiránica hacia los que pertenecen al campo”,
siendo que “la historia siempre ha tenido muchas moradas, y deberá continuar
teniéndolas a fin de florecer en un futuro”[2]
Los historiadores desde los griegos hasta
los clásicos del XIX han contado relatos, si la composición narrativa era
expresada en “prosa elegante y vívida” era lo ideal, se llegó incluso a juzgar
a la historia como rama de la retórica. Sin embargo durante los últimos 50
años, es decir desde la década de los 40´, esta función se ha visto
desprestigiada, especialmente por los seguidores de la “nueva historia”,
especialmente en Francia en donde a ese tipo de relatos se les llamó
“l´historie evenementielle”, sin embargo en la actualidad hay corrientes que
parecen absorber a algunos de estos “nuevos historiadores” en una cierta forma
de narrativa.
Primero: ¿qué entiende Taylor por
narrativa?. “La narrativa se entiende como la organización de cierto material
(hechos, acontecimientos históricos) según una secuencia ordenada
cronológicamente, y como la disposición del contenido dentro de un relato único
y coherente, si bien cabe la posibilidad de encontrar vertientes secundarias
dentro de la trama”
Segundo: ¿cuáles son las diferencias entre
la historia narrativa y la historia estructural?
a). Su ordenación es descriptiva, la
historia estructural es analítica.
b). Concede prioridad al hombre por sobre
sus circunstancias (por lo tanto se centra en lo particular y lo específico y
no el lo colectivo y estadístico como la historia analítica).
LA NARRATIVA ES UN MODO DE ESCRITURA
HISTORIA, PERO ES UN MODO QUE AFECTA TAMBIÉN Y ES AFECTADO POR EL CONTENIDO Y
EL MÉTODO.
¿Cómo muchos historiadores han abandonado el
ideal de una tradición narrativa (de 2 mil años)?
Se planteó, “no sin cierta justicia” que el
abocarse de una manera cronológica al qué y al cómo no permitía mucho avanzara
hacia el porqué. Por otra parte, en esa época, tanto los historiadores
marxistas como los influenciados por la metodología de la ciencia social
estaban más interesados en las sociedades, no en los individuos y confiaban en
llevara a cabo una “historia científica” que “produjera leyes generalizadas
para explicara las transformaciones históricas”.
Pero que entiende aquí Taylor por historia
científica, la distingue de la primera “historia científica” formulada por
Ranke en el XIX, con énfasis en las
nuevas fuentes. Se dio entonces una crítica textual (heurística) de los registros
no revelados hasta ese momento, establecería de una vez por todas “los hechos
de la historia política”
Como respuesta a esta primera “historia
científica” se dieron tres tendencias de historia científica dentro de la
profesión, los cuales no se basan en nuevos datos, sino en nuevos modelos o
nuevos métodos, se trata de:
a)
Modelo económico marxista
b)
Modelo ecológico-demográfico
francés, y
c)
Modelo Cliométrico norteamericano.
Según el antiguo modelo marxista la
historia sigue su progresión dialéctica
de tesis antítesis, a través de un conflicto de clases, las cuales se crean por
los cambios en el control de los medios de producción. En los años treinta
terminó en un determinismo económico social, bastante simplista, esta noción de
historia científica fue defendida con vehemencia hasta finales de los 50´. Los
ahora “neomarxistas” parecen haber abandonado los dogmas básicos tradicionales,
puesto que se ocupan ahora del Estado, la política, la religión y la ideología,
al igual que sus colegas no marxistas.
El segundo modelo está dado por la Escuela
de los Annales, en cuya vocería puede ser sindicado el profesor Emmanuel Le
Roy Ladurie. Según esta escuela la variable fundamental en la historia son los
cambios en el equilibrio ecológico entre suministro de alimentos y de
población, un equilibrio que deberá determinarse mediante análisis
cuantitativos a largo plazo sobre la productividad agrícola, cambios
demográficos y de los índices de precios. Le Roy Ladurie dijo “la historia que
no es cuantificable no puede ser científica”
Otro modelo, con su propio significado de
“historia científica” es básicamente norteamericano y se basa en la afirmación
expresada por los “cliometristas” de que
sólo su metodología cuantitativa puede aspirar a ser científica. Los
cliometristas se diferencian más por una metodología específica que por algún
tema o tipo de interpretación específico. Son historiadores que aplican modelos
paradigmáticos y formulas matemáticas y algebraicas agrandes cantidades de
datos procesados de manera computacional.
Existen por supuesto otras explicaciones
“científicas” sobre las transformaciones históricas, las cuales han tenido
mayor o menor éxito, entre ellas el estructuralismo francés, el cual Taylor
define como una filosofía moral con ejemplos tomados de la historia, cuyo más
brillante exponente es M. Foucault. El funcionalismo parsoniano (Malinowski).
Ambas han proporcionado valiosas aportaciones, pero ninguna se acercado a una
explicación científica global acerca de las transformaciones históricas.
Estos tres grupos florecieron
respectivamente de los 30´ a los 50´, de los 50´a mediados de los 60´y de los
60´a comienzos de los 70´. Todos ellos confiaban en encontrar la solución a los
principales problemas históricos, estas soluciones serían irrebatibles en
cuanto a cuestiones que hoy aún son desconcertantes. Los dos primeros grupos
creían que las condiciones materiales tales como equilibrio entre suministro de
alimentos y población y medios de
producción y conflicto de clases eran las fuerzas directrices de la historia[3].
Muchos de ellos, no todos, consideraban como
epifenómenos los acontecimientos intelectuales, culturales, religiosos,
psicológicos, jurídicos e incluso políticos. Debido a este determinismo
económico o demográfico fue que se privilegiase el procedimiento analítico más
bien que el narrativo de los datos.
Los historiadores franceses, que se
encontraban a la cabeza de esta empresa desarrollaron una clasificación
jerárquica estándar por orden de importancia, en primer lugar los hechos
económicos y demográficos; luego la estructura social y finalmente los
acontecimientos intelectuales religiosos, culturales y políticos. Estos tres
renglones fueron concebidos como los pisos de una casa en donde cada uno
descansaba en el de abajo, pero en donde el superior no podía ejercer ningún
efecto en el inferior. Resulto ser que sólo el primer renglón fuese importante,
que dio una apariencia de inmovilidad por ejemplo a la historia de Europa entre
los siglos XIV y XVIII (“l´historie immobile”), no considerando así
acontecimientos que se daban en otros renglones: el Renacimiento, la Reforma,
la Ilustración, el surgimiento del estado moderno, los cuales simplemente
desaparecieron.
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