¿Qué debemos saber básicamente antes de estudiar Historia?
1.
Historia y Concepto
La reflexión acerca del pasado ha sido preocupación de los hombres desde hace mucho tiempo. Ésta se ha manifestado a través de la tradición oral, mitos, crónicas, biografías, relatos, y recientemente por medio de estudios, análisis y explicaciones.
La palabra historia encierra una doble significación debido a que como afirma el historiador Pierre Vilar “historia designa a la vez el conocimiento de una materia y la materia de ese conocimiento”, es decir, la palabra hace referencia al conjunto de acontecimientos pasados, a la realidad histórica propiamente dicha, y la estudio y explicación de los acontecimientos se hace, es decir, la ciencia de la historia.
Esta circunstancia se ha resuelto por algunos historiadores llamando historia a los acontecimientos del pasado humano e Historia o historiografía a lo escrito sobre dichos acontecimientos históricos. De tal manera podemos decir hay una historia y múltiples historiografías, es decir distintas explicaciones de esa realidad.
Las diferentes formas de concebir la historia ponen en evidencia una de sus principales características: la de ser una ciencia en confirmación y en continuo movimiento como olas sociedades que estudia. Si la historia como ciencia se está haciendo, su concepto y su metodología (la forma como se investiga) constantemente se transforma y adecua a cada momento histórico en que se inserta. La historia y la vida varían demasiado y por lo tanto se transmiten el movimiento.
El estudio de la historia es un instrumento necesario del que nos valemos los seres humanos para comprender el mundo en que vivimos. Un mundo que se ha ido conformando a través del tiempo, en el que interactuamos y que influye en nuestra vida cotidianamente.
La historia se encarga de estudiar de una manera sistemática la procedencia de las manifestaciones humanas actuales a todas aquellas que conforman la sociedad, es decir, que afectan al conjunto de los individuos.
No recopila las acciones pasadas de la sociedad para que un individuo o grupo social posean cultura general, sino para conocer y comprender la realidad en la que nos encontramos inmersos.
El objetivo principal de los historiadores es lograr la mayor aproximación posible entre la historia como ciencia y la vida humana como realidad. El historiador Lucien Fevre definió a la historia como “el estudio científico elaborado de las diversas actividades y de y de las diversas acciones de los hombres de otro tiempo, captados en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas, y sin embargo, comparables unas con otras (...) actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la tierra y secesiones de edades”. Fevre, L: Combates por la historia, Barcelona, Ariel 1970.
La historia permite tener conciencia de nuestra realidad a partir de los que fuimos y nos conforma, de lo que pensamos y lo que nos llevó a ese pensamiento, de lo que nos justifica y explica nuestro presente del cual no podemos deslindarnos. La búsqueda de explicaciones y el sentido de la vida nos impulsa a reflexionar, sentir, y actuar conscientemente como individuos y nos inserta en el mundo actual como miembros de una comunidad que se explica en función de su pasado, el cual conformamos a la vez para el futuro.
El conocimiento histórico es importante porque la comprensión de la realidad presente que nos tocó vivir exige inevitablemente un conocimiento del pasado a partir de sus rasgos fundamentales, promueve un entendimiento más claro de los procesos de cambio, continuidad y ruptura en la sociedad, es un valioso escaparate de una gran cantidad de experiencias individuales que pueden enriquecer la propia; además contribuye a fomentar el respeto y la valoración del patrimonio cultural, histórico, arqueológico, artístico, antropológico, etcétera.
2. Las fuentes de la historia y su estudio en la interacción con otras ciencias.
Para poder explicar la relación y el significado de los hechos pasados, el historiador busca toda aquello que contribuya con datos, explicaciones y relaciones a la conformación del conocimiento científico.
Para esto utiliza fuetes provenientes de distintas actividades humanas; de cualquier índole como crónicas, inscripciones, códices, datos estadísticos, por mencionar sólo algunos; tradiciones orales; utensilios y herramientas fabricados por el hombre o aquellas cosas en las que haya intervenido mediante su acción: edificios, obras de arte, mapas, alfarería, armas, acuerdos, puertos, la traza urbana de una ciudad, etcétera. Todas las cosas en las que el hombre haya tenido que ver, transformar o escribir enriquecen y constituyen elementos que el historiador puede utilizar para explicar los acontecimientos pasados.
La adecuada interpretación, valoración, comprensión y explicación de esas fuentes suele ser compleja. La historia se apoya en los conocimientos desarrollados por otras ciencias para facilitar el hallazgo y la comprensión de datos y problemas. Las ciencias sociales, por dedicarse al estudio de las diferentes manifestaciones humanas, la forma en que se relaciona los hombres tienen que ver con todos los aspectos de la realidad y en ese sentido todas las ciencias contribuyen al conocimiento del hombre y su entorno.
Sin ser exhaustivos mencionaremos, entre otras ciencias, a la geografía, el colchón de piedra de la historia, que ayuda a localizar los espacios físicos, características y condiciones económicas donde sucedió el acontecimiento histórico; la economía, que se encarga de estudiar la forma en que se produce y distribuye la riqueza en tal cual o cual sociedad; la sociología, que estudia el funcionamiento de un grupo humano; la lingüística, que se refiere a los idiomas, sus relaciones, sociales y aportaciones; la jurisprudencia, que norma las relaciones sociales con base en las leyes y preceptos sociales; la arqueología, que se ocupa de los restos materiales de diversas culturas, como edificios, utensilios y objetos; la antropología, que estudia al hombre en sus aspectos físicos y sociales; además, la historia recibe los aportes de otras ciencias como la psicología, la estadística y la política.
Con el apoyo de otras ciencias, en especial de las ciencias sociales, la historia puede explicar los hechos ocurridos. Considera las diversas formas en que se manifestaron las sociedades y por lo tanto el conocimiento acerca de ellas es más profundo. Conocer el ambiente geográfico, la economía, el desarrollo político, la formación ideológica, la actividad artística e incluso la mentalidad de la sociedad y la época a estudiar, proporciona un conocimiento mas acertado de las manifestaciones humanas.
Existen otros conocimientos específicos que ayudan a considerar las fuentes situándolas y verificando su autenticidad. Entre éstas se encuentran la diplomática, la numismática, la filología, la paleografía, la epigrafía, la cronología, la heráldica, la papirología, la criptografía, la silografía, etcétera.
El historiador debe aplicar una metodología propia para la selección, elaboración y explicación de las fuentes, según el problema que trate de solucionar, la cuestión que intente resolver y la concepción de la historia que tenga. Los resultados obtenidos de dicha investigación dependerán de las fuentes elegidas y la interpretación que de ellas haga.
3. Algunas corrientes historiográficas
Para la elaboración de las explicaciones del pasado, el historiador efectúa su tarea bajo una serie de conocimientos teóricos, metodológicos y técnicos, adquiridos específicamente para esa actividad.
De acuerdo con la orientación teórica que el historiador haya elegido o con la que haya sido formado, enfocará su investigación. El privilegio de algún tipo de información sobre las demás y la explicación de ésta de acuerdo con los supuestos teóricos elegidos, darán como resultado una interpretación histórica distinta a las demás. No es que cada historiografía explique cosas diferentes sobre los mismos hechos, sino que cada concepción histórica interpreta éstos de manera diferente de acuerdo con sus planteamientos iniciales. Lo más importante de estas interpretaciones es que encierren un carácter científico, es decir, de búsqueda y explicación de la verdad en sus procedimientos.
Existen diversas corrientes de interpretación histórica, unas con mayor fuerza que otras, lo cual se debe a que la historia como conocimiento no existe hasta que se la construye, interpreta y da sentido.
Enseguida se muestra de manera esquemática las características esenciales de algunas escuelas historiográficas.
Positivismo: Esta tendencia nacida a mediados del siglo XIX, fue fundada por Augusto Comte y practicada por Spencer, Durkheim, Buckle, Taine y Leopold von Ranke. El planteamiento fundamental era la necesidad de conocer las leyes que regían a la sociedad, de manera similar a como se conocían las leyes de las ciencias naturales. Una aportación de esta escuela historiográfica es el rigor en la selección, conocimiento y recopilación y crítica de las fuentes de la historia. Sin embargo, existía la negativa de incorporar aspectos teóricos, interpretativos o de valor a las explicaciones históricas para que pudieran ser objetivas y evitar algún tipo de pasión o preferencia personal. La historia era similar a las ciencias naturales.
Historicismo: Surge como una reacción al positivismo durante el siglo XIX. Sus principales representantes fueron Dilthey, Spengler, Toynbee, Collinwood, Ortega y Gasset y Croce. Al contrario del positivismo, afirma que los hechos históricos son únicos e irrepetibles, y por lo tanto, que no se pueden conocer mediante leyes. El historicismo no busca leyes, sino la comprensión de la infinita variedad de formas que asumen los acontecimientos y que nos constituyen.
Materialismo histórico: Fundado a mediados del siglo XIX por Karl Marx y Frederic Engels. Utilizó la dialéctica de Hegel y la aplicaron al estudio de la sociedad como un sistema coherente a partir de las leyes que rigen su funcionamiento y desarrollo. Pone de manifiesto la lógica del proceso histórico y las principales leyes de la interacción e interconexión entre los individuos a través de las relaciones materiales y la manera de producir los bienes necesarios.
Los modos de producción económica son la fuerza determinante del desarrollo histórico. Cada modo de producción sirve como fuerza dinámica y crea sus propias estructuras políticas, sociales y culturales. Como cada una tiene conflictos de clase e intereses distintos, se manifiesta la dialéctica (tesis, antítesis, síntesis) que es lo que proporciona el cambio en la sociedad.
Escuela de los Annales: Fundada en la mitad del siglo XX, la escuela de los Annales es de gran influencia en la historiografía contemporánea. Dentro de sus principales representantes se encuentran Marc Bloch, Lucien Fevre, Fernad Braudel. Sostienen que la historia debe ser vista como un problema a resolver desde el presente y para encontrar la respuesta se debe buscar en el pasado con el auxilio de los métodos y las explicaciones de las ciencias sociales.
Proponen buscar patrones de pensamiento y la conducta humanos en el tiempo, centrándose en aspectos comunes y repetitivos y no en hechos únicos y aislados. Por ello se encuentran explicaciones de las causas y las relaciones entre las distintas manifestaciones de la vida. Las propuestas de ésta escuela historiográfica modificaron la manera de generar el conocimiento las técnicas y el método, ya que se impulsó la historia social, económica, de las mentalidades (cambios y permanencia en la forma de concebir las cosas que le rodean a una colectividad), la recuperación de las fuentes como tablas demográficas y la geografía histórica, entre otros muchos aspectos.
4. Divisiones de la historia
Para poder sistematizar el conocimiento del pasado humano, los historiadores han desarrollado divisiones para hacerla manejable y poder explicarla de acuerdo con los límites preestablecidos, que de ninguna manera significa que así se presenten en la realidad.
En general, se han desarrollado tres grandes formas de dividir el estudio de la historia:
• Por grupos humanos y regiones geográficas: estudios generales o universales, nacionales, por continente, regionales o locales.
• Por temas o actividades: como la economía, la cultura o la política, también el transporte, el deporte, la guerra, la arquitectura, las religiones o la aviación, por mencionar algunos
• Por períodos edades o épocas: se trata de agrupar períodos que tengan afinidad en cuanto a las manifestaciones humanas como antes p después de Cristo, la hégira, o de algún acontecimiento muy relevante a juicio de l observador.
En este sentido se encuentra la división entre prehistoria e historia y es una de las formas comunes en que ha difundido la división de la Historia. La prehistoria se ha dividido a su vez en período Paleolítico, Neolítico, Edad de Cobre, Edad de Bronce. La historia también ha sido dividida en Edad Antigua, Edad Media, edad Moderna y Edad Contemporánea. Han existido otras divisiones como salvajismo, barbarie, civilización, etc.
Otras formas de dividir la historia se han concentrado en las formas en las que una determinada sociedad se relaciona y organiza entre sí a partir de la manera en que produce lo que necesita, es decir, mediante relaciones económico - sociales, como la comunidad primitiva, la sociedad esclavista, la sociedad feudal, la sociedad capitalista y la sociedad comunista, propuestas por el materialismo histórico.
5. Actividades
1. Elabora tu propio concepto de historia y analízalo con tus compañeros de clase.
2. Los modernos medios de información ¿pueden ser considerados como fuentes de la historia? Explica por qué.
3. Realiza un cuadro comparativo con los siguientes conceptos: Positivismo, Historicismo, Materialismo histórico, Escuela de los Annales. Considera:
• Periodos en que surgen
• Concepto de historia
• Principales representantes
• Aportes al conocimiento histórico.